viernes, 8 de noviembre de 2019

EL HOMBRE ACHACOSO

EL HOMBRE VIEJO Y ACHACOSO

delicaducho
carraca
decrépito
malsano
cascajo
piltrafa
birria
cataplasma

EL ACOSTARSE CON LA MUJER

EL ACOSTARSE CON LA MUJER

yacer
tener trato sexual
tener trato carnal
dormir juntos
copular
conocer
poseer
enrollarse
retozar
darse un revolcón
follar
joder
chingar
mojar
montar
echar un polvo
echar un quiqui
cepillarse
calzarse
ventilarse
culear

EL SACERDOCIO DEL INTELECTUAL

EL SACERDOCIO DEL INTELECTUAL

Así pues todo invitaba al poeta cristiano a imitar según sus alcances ese modelo, y a testimoniar, con sus obras, en favor de la verdad.

Durante toda la Edad Media, una amplia corriente teológica propaga estos designios: la creación poética es dignificada mediante una teoría del símbolo y de la signifiance, y colocada en la perspectiva de las verdades de la fe, citándose los libros poéticos de la Escritura como autoridades y modelos, y se sigue considerando al propio Espíritu Santo que los ha dictado como el inspirador de los poetas.

He aquí, pues, constituida una doctrina en la que la función del literato, sometida a la fe, está definida y apreciada como esencial a la gloria de Dios y a la edificación de los hombres. El renacimiento de los estudios de la antigüedad no perjudicaba a tal concepción. En los siglos XVI y XVII, hay teólogos que recogen y modernizan, valiéndose de un conocimiento renovado de la doctrina antigua, esta apología de la literatura al nivel espiritual más elevado. Los escritores comparten esta orientación, pero desde otro punto de vista: en realidad, se asiste en ellos a una dignificación de la literatura profana. Desde luego, todo lo que puede decirse para gloria de las letras recuerda su situación en el mundo antiguo; recobran una dignidad autónoma, que al imitar la antigüedad anuncia otra cosa: una época en la que la autoridad de la religión ya no es tan absoluta. La reivindicación gloriosa de los poetas, proclamando que la inspiración divina los distingue del resto de los hombres, y que sus versos dicen al mundo una verdad que pocos son capaces de recibir, los ubica entonces muy por encima de la condición de cantores o de arpistas del templo que la teología, en el fondo, les asignaba. Entre los poetas de la Pléiade se manifiesta esta prestigiosa doctrina. Ronsard define a los poetas como a "sacerdotes frenéticos" que se sacian de amor en el seno de los dioses.

Dios está en nosotros, y hace milagros por nosotros, tanto que los versos que escribe un poeta son los secretos y oráculos que los dioses lanzan por su boca.

El espíritu divino insuflado a los poetas, su misión como intérpretes de los secretos de lo alto, su autoridad como jueces de los reyes y distribuidores de la gloria en este mundo, así como la necia hostilidad y la persecución del vulgo contra ellos. Sorprende el carácter extrañamente exaltado de estas profesiones de fe; asombran aún más afirmaciones como la que hace del entusiasmo poético "la única escalera por la cual puede el alma encontrar el camino que la conduzca a la fuente de su soberano bien y última felicidad".

Ronsard trató de cumplir esta misión, la más alta posible para el poeta cortesano que estaba obligado a ser, cuando se dispuso a abordar poéticamente los grandes problemas nacionales del momento.

Una vez admitida la nueva base de las letras, se instituyó un reparto donde el dogma se reservaba más que nunca el derecho de decidir en cuanto al destino y la salvación, y donde la literatura se contentaba con adornar la vida y enseñar las virtudes del mundo.

En la Francia monárquica, no se puede aspirar a resucitar a Homero, Píndaro, Esquilo... La caída que significa, en la historia del pensamiento, la victoria de la Contrarreforma, se expresa de manera pasmosa en ese abandono de las elevadas doctrinas de la Pléiade. En sus dos polos, celestial y terreno, el sacerdocio poético se veía confinado a un segundo plano, por la Iglesia y por el absolutismo, ambos triunfantes. Son conocidas las máximas de Malherbe sobre la profesión poética; estimaba "que era tonto hacer versos en espera de otra recompensa que la de la propia diversión, y que un buen poeta no era más útil al Estado que un buen jugador de bolos".

Todos creen en la dignidad de las letras y en su acción sobre las costumbres y la urbanidad. Pero esta esfera es precisamente aquella que los poderes imperantes concedían a los escritores, y resulta demasiado obvio que la grandiosa ambición que las letras alimentaron en el siglo precedente se ha adormecido.

Las obras del espíritu, en particular, no se consideran sino como reflejos, racionalizaciones o instrumentos de las clases que la doctrina admite exclusivamente como tales. Pero hay que tener cuidado de que aquéllos cuyo cometido es emitir pensamientos y acreditar valores, filósofos, escritores, artistas, tienen todas las razones para considerarse a sí mismos como un grupo distinto de los demás y para pensar de acuerdo con su condición común. Su función, absolutamente única, y el poder particular de que disponen los invitan a esta toma de conciencia; y, por lo demás, su autonomía en el seno de la sociedad es la misma de que goza el pensamiento en el seno de la vida. El hombre está hecho de tal modo que se coloca a distancia de sí mismo para concebir su conducta en función de valores absolutos, si las cosas fueran de otro modo, no habría intelectuales. Así, se esperan de los intelectuales fórmulas universales, distintas de los intereses y de las circunstancias, válidas para todos y para siempre. Toda su fuerza a esta situación que los convierte, en cada época y cualquiera que sea la forma, clero o corporación laica, en el tribunal de la sociedad al mismo tiempo que su órgano. Esta fuerza no es desdeñable; la han recibido de la naturaleza humana y de la investidura pública. Es, en suma, legítima: ¿Cómo podían haberla usurpado? Deben, pues, ejercerla para ser lo que son, y justificar la categoría que se les otorga, por intimidantes que sean los poderes que puedan tener que contrariar, les es imposible sin perjudicarse a sí mismos limitarse a servirlos con pensamientos acomodados a sus exigencias.

Se trata, en literatura, de otra cosa muy distinta; no hay dos campos, no hay intelligentsia obrera capaz de desviar de su camino a los escritores burgueses. La intelligentsia procedente de la burguesía, y ella sola, es la que repudia a la burguesía en obras de las que el proletariado está por lo general ausente. Hablando con propiedad, no traiciona su clase, sino que reniega de ella; y esta ruptura es un fenómeno de conjunto, no un azar ni una excepción. No se puede explicar por la influencia del proletariado más que suponiendo un inconsciente histórico. Es mucho más sencillo admitir que los intelectuales, escritores y artistas, son en cierto grado, a causa de su función, los jueces de la sociedad a la vez que sus apoyos. Fuera de tal hipótesis, no veo la manera de describir, en función de la sociedad, el movimiento del pensamiento y de las creaciones literarias en el siglo XIX francés.

El tipo del escritor consagrado a las cosas del espíritu, y que colabora por tal motivo en la educación del género humano, no fue desconocido en el siglo XVII, que recibió esta herencia del humanismo. Tal tipo se presenta entonces con una modestia relativa; los poderes establecidos lo eclipsan.

Sin embargo, la idea de una amplia corporación, que abarca junto con los literatos a los sabios, los filósofos, los que escriben para el público en general, todo cuanto en suma llamaríamos hoy los intelectuales, parece ya bien constituida. La palabra no existía entonces con este uso; se decía los "literatos" "gens de lettres", que es la expresión que Descartes emplea. Tal noción va acompañada ya de un debate: puede implicar un valor y unos derechos que no todos están dispuestos a admitir. De una parte se pondera la cordura del literato, su equilibrio interno a distancia de las agitaciones del mundo; se conserva la memoria de los lugares comunes tradicionales, como el de la excelencia de las letras comparadas con las armas o con el nacimiento; así Racine, hablando en la Academia: "Que la ignorancia rebaje cuanto quiera la elocuencia y la poesía, y trate a los hábiles escritores de hombres inútiles en los Estados...; desde el momento en que espíritus sublimes, excediendo en mucho los límites comunes, se distinguen, se inmortalizan con obras maestras..., cualquiera que sea la extraña desigualdad que durante la vida ponga la fortuna entre ellos y los héroes más grandes, esta diferencia cesa después de su muerte.

La influencia de los escritores es tal, que pueden hoy anunciar su poder, y no disfrazar la autoridad legítima que ejercen sobre las inteligencias. Asentados sobre la base del interés público y del conocimiento real del hombre, dirigirán las ideas nacionales; las voluntades individuales se hallan en sus manos". Thomas también ha hecho el retrato del Literato en éxtasis: "Me complace pintar al literato meditando en su gabinete solitario: la patria está a su lado; la justicia y la humanidad, ante él; las imágenes de los desventurados lo rodean; lo estremece la compasión y de sus ojos brotan lágrimas.

Pero hacia la misma época, Lamennais celebra en estos términos el éxtasis del filósofo cristiano que construye un sistema a la gloria de Dios: "Desde las más recónditas profundidades de nuestras entrañas desborda no sé qué jubilo de amor y como un torrente de vida que nos une a todo lo que siente, y nos dilata en el seno de la creación entera". Este lenguaje, se convendrá en ello, no era usual entre la cristiandad pensante antes de la aparición de los Filósofos laicos del sentimiento. Así la literatura ha continuado la tradición de los filósofos deístas mucho después del descenso de su crédito, con las diferencias del acento de orientación que requerían unos tiempos nuevos. Muestra con ello que no ha renunciado al ministerio de que una época memorable la invistió. Se ha convertido a su manera en religión y sigue siéndolo. Mejor aún, puede sospecharse que la religión de muchos fieles, en el fondo de sí mismos e insensiblemente, se ha hecho literatura. A ello debe que la restauración del culto tradicional no haya podido poner fin al sacerdocio del escritor.

Volvamos al ejercicio de este sacerdocio. Los hombres de letras pronto identificaron la eminente dignidad del Hombre con la suya. Mercier dice lisa y llanamente: "La mayoría de los hombres no piensa según el traje que lleva; su profesión crea sus ideas; quien ha roto los lazos que perjudican el progreso de la razón es el único que parece gozar de libertad de juicio". Queda, pues, definido un cuerpo de pensadores ajeno y superior a toda profesión. Se duda entonces entre dos afirmaciones en apariencia contrarias: La literatura es y no es un estado. Hay quien escribe que "Ser autor es hoy un estado, como ser militar, magistrado, eclesiástico o financiero y por otra parte: "Las letras no constituyen precisamente un estado, pero hacen sus veces para aquellos que no tienen otro". En suma una categoría vaga, considerada hasta entonces como desdeñable y que no se inscribe en ninguno de los papeles oficialmente distribuidos de la antigua sociedad, se impone lo bastante a la atención para reclamar tal papel; y, sin embargo, sin poder negárselo positivamente no se ve cómo concedérselo entre los oficios activos, de los que su índole lo diferencia, ni por encima de ellos en una región de la cual lo excluye el orden tradicional.

"Este Voltaire no tiene estado; de acuerdo, pero goza del de ser un gran hombre; posee el de ser, por lo menos, el igual de los reyes". De hecho, esta situación al margen de los negocios públicos favorecía en extremo a los escritores; jamás su prestigio y la autoridad de sus juicios fueron tan grandes como en esta edad de oro.

El escritor se desprende de un solo aletazo de su clase original y de su clase de adopción: mientras escribe puede alimentarse de la ilusión de que no pertenece ni a la una ni a la otra, que no es de ningún medio ni de ninguna clase, que se cierne, que es completamente libre.

En realidad, los Filósofos enseñaban una nueva fe, que pretendían menos dogmática que la antigua, pero tan positiva como ella, y de la que su crítica no era sino el instrumento. Antes de considerar su situación y para exponerla, es, por lo tanto, su doctrina y el sistema concreto de sus valores lo que hay que tratar de analizar en función de la sociedad contemporánea.

A primera vista la nueva fe podría consistir en una especie de aburguesamiento espiritual. Además de que la Sensibilidad iguala y hace que fraternicen las condiciones, las actitudes que exalta no son de tradición aristocrática: la beneficencia, la alegría de ser útil, el respeto y la ternura por el prójimo, las efusiones de familia, no han figurado jamás entre las virtudes del hombre noble, para quien toda excelencia supone rareza o imperio. El hombre sensible acusa de falsedad esa grandeza orgullosa que altera la naturaleza:

Ya que el amor y la naturaleza,
junto con el sentido común,
se han aplebeyado,
yo renuncio sin pesar a la nobleza
y a las leyes que se oponen al libre albedrío del corazón.
Y si cuando se ama no se puede,
sin degradarse,
mostrar la propia sensibilidad,
reniego de la calidad que confiere el abolengo.

Fue de manera natural la labor de una corporación pensante y que debía erigirse no solo en enemiga sino en competidora y heredera de la Iglesia.
(Nota de Jorge: el hombre confrontará sus escritos con Dios)

Es frecuente que se atribuya al genio, en particular al genio poético, una intuición de la verdad más inmediata y tan infalible como la de la razón. Esto es lo que hace Diderot: "La poesía supone una exaltación de cabeza que participa casi de la inspiración divina. Acuden al poeta ideas profundas cuyo principio y resultados ignora. Frutos de una larga meditación en el filósofo, a éste le asombran, y exclama: ¿Quién ha inspirado tanta sabiduría a esa especie de loco?" Marmontel compara la intuición del poeta a la inteligencia divina: "Para concebir el objeto de la poesía en toda su extensión, es preciso atreverse a considerar la naturaleza como presente a la Inteligencia suprema... Dios ve la naturaleza; así es como en su flaqueza debe el Poeta contemplarla.

Se ve cómo en Francia el sacerdocio legendario del poeta se considera generalmente inactual. Pero es curioso que sea objeto, junto con la época primitiva en la que se le sitúa, de una nostalgia no menos general, y que la filosofía haya cedido tan frecuentemente a la tentación de idealizar los orígenes del género humano. Sabido es cuánto se interesó la crítica literaria del siglo XVIII por lo que había podido ser la poesía de los primeros tiempos. Apenas si se conocían hasta entonces, en este orden de ideas, los poetas griegos más antiguos y las leyendas relativas a sus predecesores más o menos míticos, sobre los cuales se disertaba.

"Sabido es lo que eran sus Bardos. Teólogos y poetas a la vez ponían en verso los secretos de la religión"; pero la poesía "no estaba únicamente consagrada a la piedad; se empleaba además para honrar el mérito y la virtud y después de haberse servido de ella para cantar los beneficios de los Dioses, se usaba para celebrar las bellas acciones de los hombres".

A ello se debe que los primeros Poetas que han sobresalido en la Alegoría, Lino, Orfeo y Museo, todos los cuales habían sido instruidos en Egipto, fueran llamados Teólogos, y se les atribuyera la gloria de haber pulido y civilizado a los hombres". Court de Gébelin, al comienzo de un tratado Del genio alegórico y simbólico de la antigüedad, invoca igualmente a los "Sabios de Menfis, de Babel, de Grecia, Orfeo, Homero, Pitágoras, hierofantes sagrados"; y celebra en estos términos a los poetas de los tiempos primitivos: "Arrebatados por los encantos de la virtud, asombrados de la magnificencia del universo, convencidos de las leyes admirables sobre las cuales marcha el mundo físico y el mundo moral, abarcando de una ojeada las influencias inmensas del Orden para la felicidad de las sociedades y la prosperidad de las naciones, tomaron la lira, y al son de sus acordes armoniosos, cantaron estas verdades admirables: la existencia de la Divinidad, sus beneficios para con los Hombres, la belleza de la Virtud, la necesidad del orden, de la justicia y de la paz, los encantos y las dulzuras de la vida campestre...

Genio y libertad se suponen brotados de la misma fuente: "Aprende que la libertad está producida por ese mismo entusiasmo que crea las producciones del genio... Este instinto sagrado que, a la vista de las bellezas del universo, llama, arrebata al hombre de genio..., es también el que sabe encender en el hombre generoso y sensible el deseo ardiente de ser libre".


LA CORONACIÓN DEL ESCRITOR 1750-1830
Paul Benichou

LA REVOLUCIÓN DE LAS MUJERES

LA REVOLUCIÓN DE LAS MUJERES ESTÁ EN LA CALLE

I

Por todas partes se mira y todas las miradas se cruzan.

Reincidente en el amor veo que saltan chispas en los asientos del Cercanías.

¡Dios mío por qué me gustan tanto las mujeres si luego no estoy de acuerdo con ellas!

¡Porque me gusta enrabietarlas y hacerlas estallar en la contradicción!

La misma Virgen María es una contradicción hecha a imagen de los hombres castos: virgen y madre. ¡Pero ante todo Diosa de la Creación Divina eso es lo que hacen ellas!

Todas las cosas nos salen bien cuando la voz de la amada pasa su manto por ellas.

Un hombre ha de ser valeroso doncel que demuestre que es algo más que dos bolas a menudo infladas y una pirindola enorme si es que con eso puede considerarse bien adornado para rodar en los días del mundo.

¡Santísimo Cristo de la Buena Muerte y por qué no del Amor Sexual qué mejor ejemplo de esposo y padre que haber dejado un hijo!¡Y no dejaré de rezar con amor por ellos!

¡Nos hemos separado y me vas a echar en falta porque yo soy como un ángel!


II

Ya es tarde para esos padres escuros. Las mujeres pueden decidir que el Vaticano ya no pinta nada en la sociedad en que ellas se preparan altamente para dejar a un lado a los hombres que no entienden los valores de este siglo. ¡Todavía quedan terremotos por verse!

¡Habrá una cruzada de la Cristiandad contra la libertad con tintes de libertinaje de las mujeres!¡O estallará una guerra para confundir esta nueva situación en que ellas ganan y para que se dé la salvaguardia de la Religión católica!¡A lo mejor ni siquiera hace falta una madre para tener hijos!

Eso era lo que yo veía en la calle como en Lisístrata que están todas de revolución. ¡Pues bien cojamos el toro por los cuernos y veamos si es factible que se pueda torear!¡Para empezar de qué color se vestirán ellas!¡Nosotros también tendremos nuestras macetas de flores y ellas no podrán regar las suyas!

¡Tendremos que ganarlas en educación y modales!¡Aquí ya me caigo pues estamos en esto muy por debajo de ellas!


III

Conocí una mujer que quería no estar sola y quería estar acompañada por un hombre divertido. ¡Eres todo un hombre, amor mío, me dijo! Bueno al menos era eso lo que dirían a unos pocos de nosotros que ni siquiera nos aseábamos.

¿Un hombre inteligente y con poder y con un buen cuerpo?¿Unido a una intensa corriente de la vida azarosa que no se detiene nunca?¿Que se entrega a la vida con todo cuanto tiene?¿Que tiene a Dios de su lado?

¿No se puede ser más bueno y salirse con la suya? Un hombre que no se mete en líos y que como un Ulyses viaja mucho y conoce al mundo.

Nos lo tenemos que tomar como el ángel Gabriel protector y ayudador en los problemas y ángel exterminador que nos abandone.

La nueva edad madura es una llamada de cuerpo y alma. Cuando el cuerpo ya no pueda más daremos paso al corazón y los buenos recuerdos que se compartieron.

Un hombre alegre y que arriesga diciendo lo que siente, lleno de sentido del humor y de sabiduría al mismo tiempo. ¡Quien lo cazara!

Algunas coach nos dirán que es el decir no lo que nos envejece. ¿Se puede decir no a la atracción y al amor, a amar y hacer el bien, al diálogo cariñoso, a la compañía y a la pasión carnal que da vida alegre al que la vive?¿Se puede visitar iglesias y coquetear con muchas mujeres?¿Puede la edad madura ser una edad de oro del conocimiento y hacernos amigos de la Biblioteca Nacional y sin necesidad de tener hijos ya que cuidar?


IV

Dios sigue dado dos y tres oportunidades y casualidades felices cada semana. ¡Y ahí está el mundo lleno de mujeres hermosas que van y vienen!¡Sin desconfianzas!¡Una estrella te guía a una vida mejor! Y si tú eres pescador por qué no va a picar el anzuelo y te va a tirar al suelo la cuarta o quinta mujer ideal y si es pez araña puedas con antelación deshacerte de ella!

Siempre jugarás con el tiempo que las vas a dedicar:

Ellas quieren amor y sexo,
dinero y mucho tiempo.
No puedes faltar en esto.


V

Una buena persona siempre tendrá una mujer a su lado. ¡Escogerás!

En las bibliotecas se refugian las mujeres y los hombres, la casa y la cocina no son lo que nos va sino la calle. ¡Nos perfumamos y nos vestimos fashion, y queremos ser el modelo mágico de algún actor o actriz de película!

En un punto dado podríamos hablar correctamente y tener oratoria y muchas palabras provechosas y respaldadas de actos para confraternizar hasta con los árboles del lugar de donde venimos.

Si somos útiles es que mantenemos un trabajo y siempre trabajando. ¡También podemos pescar dinero y a una hembra!

Uno ya está advertido que el amor se acaba.


VI

Nada es imposible para Dios. Un Dios misericordioso se te puede ofrecer una vez más, con más planes incluso de mayor alcance que te beneficiarán a ti y a los demás.

El mundo no es mejor por el hecho de haber perdido su ternura. La crueldad y el cinismo de una época que necesita de la ternura y de los niños y de menos policías y jueces.

Por un lado hemos trazado el mapa de los territorios exteriores del mundo -desde el espacio sideral hasta el átomo más diminuto-, pero por otro apenas conocemos el universo paralelo de Hermes de nuestro interior. ¿Y cómo puedes navegar por una tierra que te ciegas a ver?

El mundo ya ha enloquecido podemos elegir mantener la cordura.


VII

He aprendido las tareas de la casa, Maite ha sido mi maestra, me ha querido, me ha dado seguridad y me ha hecho fuerte, tengo un hijo y tengo un blog. Ella ha tenido viajes y ropa, un buen coche y un hijo, y hemos dado una excelente educación a su otro hijo. Creo que en lo de la casa no acertamos, como que se nos murió la pasión con los problemas de los niños, y fueron determinantes también para la separación. ¡No se me puede achacar que yo estuviera loco y no fuera tan normal y maniático como cualquier otro marido cuando le tocan sus cosas!

¡Qué haríamos nosotros sin las mujeres!¡Pero de las feas Frankenstein que amargan la vida Dios nos libre de ellas al instante!


VIII

Nunca cambié del todo por eso ahora no necesito cambiar mi vida sino ser más contundente con mis primeros principios que forjé en la juventud y desvirtué con el matrimonio y lo burgués. ¡Porque Maite siempre quiso ser una burguesa y aparentar como mi madre la Sra. Miau aunque no lo consiguiera!

Quemando a las brujas, destruyendo a las magas y musas hemos profanado una cultura en la que se reconocía la sabiduría femenina. ¡Alaska y todas las mujeres mayores solteras creemos que con sus artes pueden cambiar hasta la trayectoria de un vagón de metro!¿Y ahora fuera de la familia y del entorno de Hera perderé la protección de Dios? Tendré que buscarme un ángel y otra familia para encontrar la paz. ¡No lo sé porque en Alcobendas rige la Virgen de la Paz!


IX

Las mujeres no permitirán la destrucción del mundo, porque son las madres del mundo.
¡La marcha loca y suicida de la sociedad, ellas la regenerarán!

¡El Eterno Femenino tiene más fuerza y consistencia que los pantalones de un guarda de seguridad del metro!¡Maquillaje y joyas contra esposas y cadenas! Dos tipos de llaves, las que te dan para que abras y las que te cierran la puerta y arrinconan.

¡Un alto número de divorcios!
¿Y queda gente libre?

¡Mi ella va a volver!¡Ya ha llegado está esperándome no se sabe dónde!¡Pero Maite era una Cenicienta, una huerfanita, un patito feo que se recreó en Diosa otra vez gracias a mí y ahora si nos separamos radicalmente la amenazará la Locura y la Depresión!

Una vez conocí a una camarada de las milicias bolivarianas, ¡eso es lo que no quiero yo!

Las mujeres son mucha mujer para un hombre.



X

Por eso el amor puede ser un infierno. Y también el cielo en la Tierra. Vale la pena investigar las dos situaciones.

En el fondo por eso existe el amor para que un día nos convirtamos a él.. Y todo cuanto ocurra a partir de entonces nos mostrará hasta qué punto somos Amor. Ama y haz lo que quieras. 

Tus parejas llegan y se van de tu vida. Pero el amor permanece si decides conservarlo en tu corazón. Pero tener fe en el amor no significa tener fe en esa otra persona sino en nuestra capacidad de amar intensamente sabiendo que aquella persona que amamos hoy puede desaparecer mañana. ¿O no?

Una bendición de Dios que no es constante no es una bendición. Yo siempre he reconocido que soy poca cosa y Él birlibirloque me lo ha dado todo. En realidad es posible que Dios nos haya enviado a alguien para que aprendamos a discernir, para evitarnos algo y para enseñarnos de lo que debemos alejarnos. Ella es enviada por Él.

Parafraseando al poeta persa Rumi: "De un corazón roto brota un manantial de una ardiente pasión sagrada que nunca se agota". 
No te pierdas a la expectativa ni un solo latido de tu corazón y de los corazones y ten un Sagrado Corazón de Jesús.


XI

El universo lleva a la perfección los libros de cuentas:

Querido Dios,
te entrego mis
relaciones sentimentales pasadas.
Enséñame a perdonar,
Señor,
para que me desprenda de esta carga.
Dejo de aferrarme a las parejas que me hirieron
para que puedan ser felices en la vida.
Que me perdonen
por las heridas que les he infligido.
Que todos encontremos la verdadera paz.
Amén.
(Marianne Williamson)


XII

Yo sigo queriendo a una mujer en su lado masculino y a mí me sigue amando en mi lado femenino.

Yo llamo a Maite por su nombre y no la llamo cariño porque representa todo lo de nuestra relación.

No tiene sentido volar a Irlanda si aún no somos la persona perfecta para nuestra pareja ideal. Y cuando lo seamos, no nos hará falta ir a ninguna parte, simplemente aparecerá en nuestra vida.

Las cosas llegan cuando uno está preparado para recibirlas.


XIII

Ella está desesperada por encontrar a su hombre, se pone celosa, se enfada, lo quiere controlar y quiere tener hijos porque se le pasa el arroz.

Yo no tengo miedo a tirar para adelante con la aventura, escondo mi mentira de la enfermedad porque parezco curado y jamás se me ocurrirá traicionar a mi pareja porque soy como mi hijo Javier hombre de buena fe y valoro mucho la fidelidad que donar y que estimo para mí. Esos son mis demonios y mis ángeles.

Cuando las carencias que había en mí se han extinguido es cuando el deseo empieza a arder con más intensidad.

La experiencia te enseña a hacer mejores elecciones. ¡Si ves oportunidades que no valen la pena las dejas correr y dices no a las proposiciones que no son de fiar!¡Y un franco sí a las que valen la pena!

¡Conseguir un hombre es su meta!¡Pues ahora valen muy poco!


XIV

Mi deseo de amar se ha vuelto incluso más puro. Nunca el sexo pudo mucho sobre mí.

Una mujer es como una sacerdotisa. Una sacerdotisa es feroz sobre todo en la cama. Por eso busca a hombres y no a chiquillos. Por eso perdí muchas novias en Europa.

La joven grita:
¡Dámelo!¡Haré lo que sea para recibir tu pene!
Pero además, ¿qué más tienes?


XV

El amor da seguridad y restablece la razón y la razón acaba por romper la locura de los amores.

La santidad de un vínculo depende del respeto y la veneración que mostramos al mismo.

Alguien vio tu alma y durante quince años fue testigo cuando te ocurrió algo maravilloso y se alegró, o cuando hiciste algo estúpido y no te soltó siempre que no la hieras a ella porque entonces sería una relación con un anarquista sistemático y de riesgo o un loco. Y luego dicen que a la mujer como a la guitarra hay que templarla antes de tocarla. Y al hombre la mujer le clava la puntilla directamente y lo rinde a sus pies antes de entablar la relación.

Las mujeres que aman demasiado. Un hombre de verdad exige su propio espacio psíquico. No deja que una mujer lo domine ni lo controle.


XVI

Ella sigue la ilusión de masas pero no la verdad. Ella va al cine con el niño y no rinde culto a los dioses en la iglesia.

No es pienso luego existo sino Estoy en contacto con Dios luego existo. ¿Podemos ver nuestra taimada y maligna naturaleza?

LA SOLEDAD DEL

LA SOLEDAD DEL SINGLE

Hay personas que se ganan a pulso la soledad, y me refiero sobre todo a esas personas que consiguen ahuyentar a los demás con sus caras amargas y su agresividad a flor de piel. Esa gente, aunque necesitada de compañía, se las arregla bien para que los demás las vayan evitando. Unos son tan pesados que aburren a las piedras porque, en cuanto se encuentran con alguien, o bien no los dejan hablar o hablan solo de sí mismos y de sus cosas como si únicamente su vida tuviese atractivo y los demás no tuviesen nada interesante que aportar.

Otros son repelentes y van dejando un tufillo de raros, solitarios, malencarados y agresivos que hace que los demás no se acerquen a ellos ni los busquen. Otros se comportan de forma tan egoísta que solo les importa su vida y los demás solo son importantes para uso personal cuando los necesitan, mientras que nunca están para dar algo a los que los rodean; en cuanto la gente se da cuenta de su egocentrismo, evita encontrarse en su camino. Y están los que parece que les molesta la gente a su alrededor; son seres solitarios e insociables que emiten antipatía y sensaciones de rechazo.

Todos éstos tienen un común denominador que consiste en que se van quedando solos y, justo cuando más necesitan de la compañía de los demás, es cuando menos disponen de ella porque, a lo largo de la vida, fueron haciéndose merecedores del máximo aislamiento, por lo que se encuentran la soledad con gran merecimiento.

Por este motivo, contra la soledad no hay mejor remedio que comunicarse y hacerlo bien, con simpatía, respeto y educación, además de procurar ayudar a la gente cuando nos necesita; ir donde están los demás en lugar de limitarse a esperar que vengan a nosotros. Dado que la comunicación está regida por el principio de reciprocidad, se puede deducir muy fácilmente que podemos contar con las personas cuando nuestras conductas se dirigen a satisfacer las necesidades que los demás tienen, y ya sabemos todos que esas necesidades se reducen a darles atención, cariño en otros casos, acordarnos de ellos en los buenos momentos y en los malos y dedicarles tiempo aunque no sea diariamente. Dando, atendiendo, ayudando, ofreciendo nuestra ayuda cuando sea necesario, llamándolos y acordándonos de ellos en distintos momentos son claves naturales que, por ese principio referido, harán que los demás nos acompañen, atiendan, quieran y vengan a nosotros o disfruten de nuestra compañía, y viceversa.

En realidad, el remedio es muy fácil. La mayor dificultad radica, ciertamente, en hacerlo con frecuencia y no de vez en cuando o solo en el momento en que nos es de utilidad la compañía. Es decir, que para labrarse compañía que nos dé apoyo y protección, incluso diversión, hay que esforzarse en darse y repetirlo, porque tanto lograr edificar una relación o compañía a lo largo del tiempo como encontrar otra cuando nos ha fallado la que teníamos requiere no sólo dirigirse activamente en su busca, en lugar de limitarse a esperar pasivamente un encuentro, sino cuidar la relación, lo cual no es lo mismo que usarla por pura conveniencia, y después si te he visto no me acuerdo. Y por supuesto, resulta indispensable buscar excusas para encontrarse con la gente, para lo cual existen muchas posibilidades, desde Internet hasta viajar, apuntarse a actividades sociales, fiestas, acudir al gimnasio o a clases de baile.
(Nota de Jorge: y acudir los domingos a las 13.30 a un grupo numeroso y gracioso de SINGLES MADRID con aperitivo, comida y café en la terraza interior con mucho estilo del Hotel Vincci-Soho enfrente del Ateneo en la calle Prado hasta las 18 horas de charla particular amigable y amorosa con un gasto de 20 euros, y aun más festivo en sus cenas y baile los sábados...).

Hablamos aquí de compañía en el sentido pleno de su significado, no como un fugaz encuentro con una persona. Los encuentros esporádicos sirven para pasar un rato y entretener el tiempo unos minutos o algo más, pero no existe flujo afectivo ni vínculo creado que permita sentirnos acompañados.
(nota de Jorge: a esas edades cincuentonas con hijos adultos, los rollitos son en tu casa o en la mía pero no en la nuestra? y qué quedan diez años para disfrutar y luego todos viejos?...uno se tiene entonces que dedicar si no es muy pasional, esforzudo y no tiene dinero para hacer regalos a la iglesia, misas, oración y escritos?...)

La soledad sobrevenida, por tanto, no debe ser un problema grave, siempre que la persona se decida a abrir sus relaciones en busca de nuevos apoyos, aunque haya algunas que se cierren en banda, conformándose con flagelarse en su aislamiento. Y mientras se van fraguando esos nuevos contactos no vivirla como una tragedia.


EL PSICÓLOGO DE CABECERA
Miguel Silveira

PENSAR DESDE EL CUERPO

PENSAR DESDE EL CUERPO

Descartes piensa desde fuera de su cuerpo como res cogitans frente al cuerpo que es res extensa.

El cuerpo se mueve en un espacio con otros cuerpos.

Algunos cuerpos están tan traumatizados y medicalizados en cuanto que han dejado a los médicos meter mano en ellos.

Luego hay cuerpos esclavizados por el trabajo y cuerpos prostituidos y pornográficos.

Algunos cuerpos están cansados y enfermos al límite de su resistencia biológica.

El cuerpo tiene sus partes y da una imagen de fuerza y vida.

La religión se empeña en crucificarlos y trocearlos.

A veces se dice que lo que hay es el cuerpo, el objeto y no el ser que es distracción metafísica.

"He perdido mi vista, olfato, oídos, gusto y tacto: ¿cómo habría de usarlos para tu contacto más cercano?" exclama el poeta T.S. Eliot.

Parece que no puedo contemplar tu cuerpo tan de cerca y menos si está desnudo.
(Nota de Jorge: menos para los nudistas)

En el espejo y escaparates miramos los cuerpos. El mío es largo como una tabla.

Pero abundan los cuerpos grotescos de los frikis actuales, cuerpos grasientos y distorsionados y desfigurados, nunca acabados y nunca completados en proceso de construcción transgrediendo las normas clásicas de belleza y armonía.

Puedo darle vacaciones e ir al gimnasio, placer sexual y buena alimentación, horas de dormir y descanso. Puedo moverme y no moverme por la ciudad hasta que el cuerpo esté arruinado.

El cuerpo que se mira ante el espejo considera al que le mira como un extraño. José Hierro en su poema Espejo ha expresado bellamente esa extrañeza ante la propia imagen: "Ese  desconocido, ese recién llegado [...]/ Ese, al que veo y al que escucho./ Desde el lado de acá del espejo./ ¿Dónde, con quién estará hablando?"

Cuerpo con dolor y cuerpo con placer.
Cuerpo que danza y que se mueve elegante y ágilmente.

Cuerpos lanzados sobre las playas de Normandía y las guerras.

Cuerpos que evolucionan de niños a hombres y de niñas a mujeres.

Cuerpos entrelazados de enamorados y cuerpos de esposos desapegados y maltratados por la encerrona de la casa.

Cuerpos de impertinentes farsantes y de falsa corporeidad.

Cuerpos inflados de empresarios y cuerpos tullidos de inmigrantes.

Cuerpos de demonios, de gorilas de discoteca y cuerpos de globo.

Cuerpo de Napoleón y cuerpo de Adolfo Suárez y de Mas.

El cuerpo erguido del Cid y el cuerpo espiritual de don Quijote. Una España de cuerpos.

Cuerpos de místicos elevados en éxtasis que no tienen cuerpo como san Juan de la Cruz.

No hay unión de las almas porque los cuerpos no tienen comunión.

El tiempo se acaba... y no habrá resurrección del cuerpo dentro de unas leyes naturales que desconozco y qué placeres le he dado a mi cuerpo. Y creía que sí.

A ti no te pasa que nos pasamos toda una vida ocultando el cuerpo. Hasta nos cuesta ponernos en traje de baño que es señal de que lo tenemos tan bonito.

Quien se suicida decide dar fin a ese cuerpo.

LA SOLEDAD DE

LA SOLEDAD DE LOS SINGLES

- Bienvenido al mundo.

Así se despedía de mí esa noche mi nuevo amigo de copas. No estaba seguro de que estuviera vivo a la semana siguiente.

Lo malo de tratar con gente impresentable es que se te pegan los gestos. De tratar con ellos se me iba a poner el pelo blanco.

Menudo mosqueo general había en la ciudad entre los hombres y las mujeres. La lucha de género mostraba las heridas a flor de piel rodeando los edificios de las calles.

Menuda depresión para una mujer si se tuviera que acostar con todos esos tipejos desalmados del club. Nadie se merecía haber sido despreciado tanto. Por un puntito que le salió a uno del sexo y de la real gana y no del corazón ni del alma.

El Dios Hermes no iba a conseguir que me enrollara a cualquiera. Esta vez ni Dioniso y los sátiros no lo iban a conseguir sobre mí. Tampoco dejaría que la cruz me quemara la piel.

Constantemente se deslizaba el suelo que pisábamos y la pantalla del móvil. Nadie tenía ni media hostia de envergadura. Tres piedras al sol de la calor de Madrid en el Palace.

Nunca la disciplina militar había servido para tanto para los hombres de esta Ilíada. La educación y la fuerza permanente valía un potosí. La generación de viejos asaltaba las azoteas.

Una cosa fundamental es saber circular danzando por los transportes públicos. Por ello una mujer sabe el hombre que le conviene. Escogí a los míos de entre todos ellos.

No se podía mirar con hambre a las mujeres. Quieto y parado en la fila. Todas trataban de meterme la montura encima.

La población tiene mucho de demencia senil. Lo único que aumenta en mi barrio son las tiendas de depilación láser. La belleza es como te sientes interiormente y se refleja en tus ojos.

La cualidad primera de un hombre-reloj es saber ver. Protagonista o no, lo que cuenta es jugar fuerte, que el papel te guste, que tenga cuerpo.

Multiplicidad de paletos por doquier. Me gustaría gritar feos del mundo apartaros de mí. Para creerse como dioses están todos listos.

Cuánto orgullo tienen las mujeres pero antes nos pierden a nosotros que perderse ellas. En todas partes están en posición orantes con los móviles.

Todos obligados a permanecer en esta ciudad. Con los miles de cigarrillos y papeles sucios con los que habremos pecado. Los porteros espías de las fachadas de la Castellana no hay gobierno que solucione esto.