viernes, 8 de noviembre de 2019

EL PODER DE EROS

EL PODER DE EROS

En la mitología griega, Eros era el dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad.

A veces era llamado, como Dioniso, ‘el libertador’. Su equivalente romano era Cupido ‘deseo’, también conocido como Amor.

Dios de primavera, hijo del Caos e hijo de Afrodita, dios del amor sexual y de la belleza.

Zeus (de los beneficios), Ares (de las guerras y batallas) y Hermes (dios mensajero de las mercedes de Dios).

En el pensamiento griego parece haber dos aspectos en la concepción de Eros. En el primero es una deidad primordial que encarna no solo la fuerza del amor erótico sino también el impulso creativo de la siempre floreciente naturaleza.

La noción freudiana de la libido como la fuerza de dominación del deseo sexual en el pensamiento y la acción humana.

(NOTA de Jorge: Si Rufino aconsejó más que amar a las mujeres amar a los efebos (a sus alumnos) fue porque ya intuyó que las mujeres iban a superar con todas sus características a los filósofos griegos. Por eso los maricas odian a las mujeres porque no soportan que puedan superarles en muchas facetas y por eso los modistos las desgracian física y mentalmente cuarteándolas en su aspecto físico.

El error de Sócrates con el que pagó su vida a los dioses es que amó a ("su nieto") Alcíbiades. La caída de Grecia).


Sufro, Taíde y Bedion, semejantes a las hijas de Diomedes
y a las Grayas, naves de carga de veinte remos,
a Agis, Cleofonte y Antágoras, cada una a uno
han arrojado desnudos, más agotados que náufragos.
Huid con vuestras naves de esos bajeles piratas
De Afrodita, pues son peores que las Sirenas.
(Hélido o Asclepíades)

Amargo oleaje de Eros, celos que no os cansáis
de soplar, mar tormentoso de las rondas,
¿adónde me lleváis? He perdido por completo el timón de mi
mente. ¿Acaso nuevamente voy a ver a la delicada Escila?
(Meleagro)

Mi alma me advierte que huya del amor de Heliodora, porque ha experimentado las lágrimas y los celos anteriores. Me lo dice, pero no tengo fuerzas para huir, pues sin ninguna vergüenza mi alma me advierte y, a pesar de su advertencia, ama.
(Meleagro)

Por la cabellera de Timo, la sandalia de Heliodora,
las puertas rociadas de perfume de Demarion,
la delicada sonrisa de Anticlea la de ojos grandes
y las coronas frescas de Dorotea,
tu aljaba no oculta ya, al menos para otros, aladas
flechas, Eros: todos los dardos están dentro de mí
(Meleagro)


Eros dejó la marca atractiva en la mujer prostituta y el hombre vivaz.

Si el gusto del hombre fue bueno con las terracotas de la Antigüedad y con la Dama de Elche porque no va a seguir queriendo a la mujer tenga la forma que tenga porque el amor a una línea de modelo puede ser de gusto aséptico y el hombre no ama así y puede amar a más que eso al igual que las mujeres.


La rueda mágica de Nico, que sabe arrastrar al hombre
incluso de ultramar y sacar a las jóvenes de sus aposentos,
incrustada de oro y en amatista traslúcida
tallada, a ti se dedica, Cipris, posesión estimada,
anda por el medio con un suave hilo de purpúrea lana,
ofrenda de una maga de Larisa.
(Anónimo)

Si alguna vez la muchacha cogía el plectro y tocaba
su cítara, respondía a las cuerdas de Terpsícore.
Si alguna vez hizo sonar su voz con ímpetu trágico,
hacía salir la resonancia de la misma Melpómene.
Si se organizaba un concurso de belleza, hubiera sido vencida
la misma Cipris, aunque Paris fuese el árbitro.
Pero silencio, para que Dioniso no me oiga
y tenga celos de que me acueste con Ariadna.
(Agatías)



Epigramas Eróticos Griegos, siglo VIII a.C.

LAS LEYES DE PLATÓN

LAS LEYES DE PLATÓN


Para Platón, a diferencia de Aristóteles, las ideas no tienen actuación, no actúan, son inoperantes, no tienen fuerza genética o generadora.

Es un problema de lealtades: no se puede hacer política con la inteligencia.

El error platónico es el querer darle forma a la esencia, el dar existencia a la idea. Para Aristóteles el concepto general no existe, existe el particularizado (caballo gris irrepetible de Pedro).

En Platón no hay política, hay moralidad: en la jerarquía de ideas la suprema es la idea del Sumo Bien, el Estado. Para Aristóteles en el diseño del bien puede que dé un resultado diferente, habrá que ver si es objetivo o no, mientras que Platón fundamenta el acto moral en el diseño de la acción en el intelecto del hombre y poniéndolo como fin. Aristóteles casa la política con la moralidad. De la acción no se deduce el bien o el mal, la acción es simplemente política.

Para Kant el individuo más libre es el que obra de tal manera que su acción se constituya en una ley universal. El binomio de los dos discípulos de Sócrates afirma de todas maneras que todo está regulado en la sociedad griega por las leyes. En los griegos (y pensando como aquellos griegos eran) el saber técnico-práctico era lucrativo pero el saber por el saber no era retributivo. El político fabrica una ley que es necesaria. Disponían del ocio para la política, el ocio lo proporcionaban los esclavos (contable, administrador). Dedicarse o no del todo a la política es tener o no tener ocio.


El realismo empezó en Grecia.

Así como la ley física se verifica, la ley legalidad se tiene que justificar y la ley legítima "según y cómo". ¿Legal o legítimo? La ley para ser ley debe cumplir ciertas condiciones (legal) con razón a un fin por lo que se verifica para que la legalidad esté justificada. Dos cosas:

a) ¿para qué "enuncio" yo una ley?
b) La ley "apunta" a la totalidad de la realidad social, a cada campo.

No puede existir una ley no pública, y el hecho de su publicidad la hace ley. Para Kant el fundamento de la ley no es el espacio público sino el espacio intencional. La intención de la conciencia es la voluntad que es voluntad; la ley tiene que tener las condiciones de justificación antes de que se produzca y está en el mismo hecho de la conciencia de intenciones de la voluntad que es no voluntad. De ahí se deduce la obligatoriedad en el cumplimiento de la ley. Según Freud la conciencia se configura a través de las relaciones entre el instinto y lo social, se forma de esa relación tuya y del mundo, es algo como la forma de conciencia reprimida por la sociedad que le pone barrera. En Kant no existe la noción de represión y con la Ilustración la instrucción pública puede progresar. Freud habla "de lo que es" y Kant "de lo que debe ser", donde la razón común hace progresar al sujeto y sus relaciones y hará progresar a la sociedad.

El hombre es utilitarista y no puede dejar de justificar lo que hace. La ley -campo de normas de convivencia- no se puede separar de "la moralidad" (necesita justificarse).

El objeto primario de la justicia es el bien común, que haya "orden" en la estructura básica de la sociedad. Para Aristóteles lo importante es la templanza, la "prudencia"; para Platón es la justicia. Para Hobbes no hay pacto al principio, genético; luego hay pacto que se desarrolla (está en lo moderno, pero parte de un comportamiento anterior: el Hombre comunitario de la Edad Media).

Según Aristóteles ("zoom politicon") unos influyen con otros y con su actividad se tiende a "la unidad". Cuando no hay pacto realista por razón, sino por "razón política" en los intereses se vuelve a la etapa de Maquiavelo. El pacto natural es la fuerza de un individuo. Se busca un pacto social, un pacto institucional que se considere "poder indiviso". Vale más vivir tranquilo (la tranquilidad de "la paz social"), lo mejor es que yo delegue mi libertad instintual y me la devuelvan en forma de paz. Ese paso de la HORDA a la SOCIEDAD, ese paso da paso a la ley. Ese PACTO es DERECHO.

Yo hice el pacto porque quería seguir viviendo, y los Estados significan ESTADOS DE EQUILIBRIO.

La ley está en su efectividad y la ley está en su Espíritu de la ley (lo justo). Lo que no se puede decir de la ley natural según Rawls. La ley es un producto hipotético que se va formando constantemente y no tiene el carácter de universalidad de las leyes naturales. Si la ley no es predicable en todos los casos posibles entonces se corrige. Según Rousseau la ley se fundamenta en la voluntad general (aspectos sociológicos, antropológicos...). No obstante el individuo se piensa como libre.

La decepción de Platón en su última visita a Sicilia en el año 360 donde quería experimentar sus teorías del Estado ideal, no obstante, nunca destruyó su fe en lo que podría lograrse si un hombre joven, con talento, valiente y con el don del autocontrol, pudiera conseguir poderes dictatoriales y ser lo bastante afortunado como para tener a su alcance un legislador del tipo adecuado. Un tirano dócil y un consejero sabio siguen constituyendo su receta para un estado feliz y bien ordenado.

En las Leyes, Platón formula principios de acción, un modelo de constitución real y un código legal de guía que se ocupa de todo desde la subversión y la traición hasta discusiones amables sobre el alcantarillado, el atractivo de las abejas o el robo de fruta.

Las leyes deberían tender a la reconciliación y la paz, no a la guerra, y estimular toda la virtud (no solo una parte de ella: el valor). El valor se pone de relieve no solo enfrentándose a los peligros y resistiendo el dolor sino también resistiendo los deseos y los placeres.

Es mediante el juego, el canto y la danza como puede educarse a los niños para que acepten lo que la ley aprueba.

La concordia interna es más importante que la competencia profesional, y no debe confiarse el gobierno a ningún hombre que carezca de ella.

Como la sabiduría natural, genuina, verdadera y libre no se da en la realidad, Platón escoge lo segundo, la ordenación y la ley, aunque solo incluso se preste atención a las generalidades, no a todos y cada uno de los casos.

Las Leyes tienen por objetivo único la virtud, es necesario empezar por decir que el legislador establece sus leyes por causa de la virtud. No se trata de establecer leyes, sino de educar a los ciudadanos.

Incluso las leyes tienen un prefacio o proemios explicativos para conseguir la colaboración previa; mezclan la persuasión con la coacción. Así una ley que imponga una multa anual por la soltería después de los treinta y cinco años debe ir precedida de una exhortación, y se hace referencia a los principios que proporcionan la base racional de dicho decreto.

Y el legislador no debe buscar el favor del vulgo o el placer de las personas, ni tampoco el castigo que sería el reflejo del fracaso de una ciudad griega.






Jorge Santos Miró
341183 TEORIA E HIST. SIST. SOCIALES
Expdte: 34-94-00072
Facultad de Filosofía, UNED
Año 1994

LA VIOLENCIA DOMÉSTICA

LA VIOLENCIA DOMÉSTICA EN LA CRISIS (2008-13)


SÍNTOMAS DE LA CRISIS FAMILIAR

Yo os anuncio: La locura que llega a Todos.
Cómo acallar todo esto como si con un cachete se pudiera poner en su sitio al hombre y al niño.

Mientras hay mucha soledad y muchas personas no encuentran sentido a la vida, están desorientadas y padecen de ansiedad y de depresión.

Mientras cerca de la mitad de los españoles gasta impulsivamente y lo pasa mal a final de mes. 

Mientras ante la crisis los hogares compran menos ropa y comida.


VIOLENCIA CONTRA LOS NIÑOS

Madres biológicas se convierten por dinero en madres de alquiler y dan sus hijos a otras. Un padre estampa a su bebé contra la pared porque ya no aguantaba más su llanto. Una pareja deja encerrados en casa con llave a sus pequeños de seis y ocho años para irse de copas. Otros encerrados en los coches tienen menos suerte. Hijos violados por sus padres. Incluso los nietos violan a las abuelas. Cientos de detenidos por pornografía infantil. Dos cuñados que se intercambian a las sobrinas para prácticas sexuales. Padres que tiran los bebés a los cubos de basura. Niñas con diez años que se quedan preñadas por adolescentes.

Niños de diez años con sobrepeso por la alimentación excesiva y desequilibrada que le dan sus padres. Y una escuela del Carmel cifra en un cinco por ciento los niños que se van a la cama con el estómago vacío.

En Asia descartan a las niñas antes de nacer por lo que faltan la mitad de las mujeres para esa población. Y las prostitutas pagan impuestos. Y las mujeres abortan a tuti-pleni en las clínicas barcelonesas de Morín.


VIOLENCIA CONTRA LOS ESPOSOS

Mientras desaparecen en masa las mujeres que son asesinadas en Ciudad Juárez. Mientras se recogen miles de firmas para impedir el topless en las playas de Alicante. Mientras la mitad de las parejas no duran juntas más de cinco años.

Uno intenta suicidarse por el fracaso de su primer matrimonio. Un hombre mata a toda una generación: a su suegra y a su mujer embarazada de una niña. Por el efecto llamada, otro hombre mata a su mujer y luego se ahorca. Otros se tiran por la ventana. Incluso abuelos que matan a sus señoras.

Y un matrimonio detenido por la Guardia Civil al acuchillar la mujer al marido por intentar violarla.

¿Qué está pasando?¿Qué se puede hacer?

MANIFIESTO DE LA MORALEJA DE ALCOBENDAS

MANIFIESTO DE LA MORALEJA DE ALCOBENDAS

Los que recorren Alcobendas todos los viernes repartiendo octavillas del Siete Días acaban cansados y deseando una bendición para todos los del pueblo que les dure todo el fin de semana y se les dé un cambio progresivo para la semana siguiente.

Gaia no es consciente de la inteligencia de la biosfera ni siente ni padece las ondas electromagnéticas ni el recurso de la bomba nuclear porque los seres humanos se están apretando el cinturón y ninguno de ellos es importante y acabarán por darnos el rancho y el nicho sin llegar a apreciar qué es el ocio y qué es la libertad y se establecerá un tiempo de obsolescencia.

El Manifiesto del futurismo preconizaba la agilidad, el movimiento, la rapidez y la velocidad y los avances tecnológicos así nuestros parques se hicieron para el cubismo en vez de para el reposo metafísico y aún no acierto a considerar que queden más gentes y cosas conservadoras sobre la faz de la tierra y todos estos temas recurrentes sin resolver y atrapados en una red de la inoperancia y el adolecer necesitan de procesos como una peste, una guerra, una crisis y un hambre, una vejez y una muerte para que desaparezcan pero en qué lado iniciarlos y llamarán católicos y reaccionarios a los que no quieran este efecto devastador.

Antes cuando iba a la cafetería de El Corte Inglés de Sanchinarro tenía que ir bien vestido pero ahora la gente tiene malas pintas y ha perdido los modales y como bailan las baldosas desde que presenciaron la quema de La Vela y empezó a oler mal ya no tiran de la cadena en los servicios en eso el Carrefour de Alcobendas lo entendió muy bien desde el principio y les hizo recorrer el camino inverso y así se estableció la clase ruda e intermedia porque ya no se comprará mucho con poco dinero sino al revés.

Y pensar que el epígrafe de actividades económicas que me pone la funcionaria de mi Ayuntamiento de Alcobendas es de un trámite de novela negra de Dashiell Hammett y que en el corporativismo nadie me quiere poner bien el 9 de mi código postal de la calle Caléndula por más que se lo digo y yo pienso qué sé qué maridos tendrán ellas y esto no es la marca es la materia con que están hechos los españoles.

Con este multiculturalismo dónde meto la religión si todos los libros buenos del Ayuntamiento de Alcobendas se los llevan a los ricos pejilgueros de la Biblioteca de La Moraleja, y si por darnos la razón nos la dan al pueblo del casco antiguo con cualquier teoría marxista y de la teología de la liberación y del Papa Francisco, dennos también para evolucionar los buenos libros, los buenos profesores, los buenos médicos, las buenas casas y la buena alimentación, y no tenderemos al malestar social que es más fácil darnos por imposibles y sin evolución.


En bolsas grandes llevaban los libros a las casas de La Moraleja y allí hacían lectura en voz alta como ocasión de vida social mientras en el pueblo la lectura se hace silenciosa porque caen chuzos y el frío intenso en los soportales acalla la voz y lleva a prescindir de las palabras y a hacer lumbre, el libro que te presté ha estado en la playa y en la piscina y casi hacen leña con él, y la vista con tanto calor está como perdida, y las chicas valen mucho más para las parrafadas porque una rapsoda es más rara en Alcobendas que el deambular de las merinas de la Cañada Real, y el libellus amatorio de Ovidio creó la figura de la lectora y algunas señoras que no leen son tan cuadriculadas que parecen de otro planeta y sabes por qué amiga sé que eres del Opus Dei porque te huelen los pies y nadie ha elegido morir por ti, aquí una mujer en el pueblo lo que quiere es que la diviertan, que la hagan reír, que la escuchen y que la comprendan y un buen polvo con generosidad en el regalo no está de más, y queremos que sus hijos crezcan fuertes y la tierra aquí ya dará conversaciones interesantes.


 A mí me la suda la castración psíquica de Abelardo y Eloísa como que le pongan algún día velo a las mujeres pero me molestaría que con el billete del metro el torniquete no me dejara acceder al Infierno y mi desprecio a toda la maroma loca que se mueve por Mad-madrid que ya estoy harto de tanto aguantar pero basta ya de decir tonterías, he de decir que ahora cruzo por los pasos de cebra y que sufro y me compadezco como en un Purgatorio de la meseta central de mis semejantes y que como un basilisco y dybuk pongo planas las puntas de mis enemigas pero ahora he de decir que el cielo de Madrid es de 1966 y está frente a la Moraleja.

ALMA FEMENINA

ALMA FEMENINA

Cuando las otras mujeres me ataquen. Espero que mi mujer lo perciba. Y esté cerca. Y me proteja de ellas.

________________________


Según la mitología, los dioses crearon a la mujer para castigar a los hombres. Por mandato explícito de Zeus, el señor del universo, Atenea y Hefesto fabricaron a Pandora, la primera mujer. Pero en el proyecto participaron en mayor o menor medida todos los olímpicos, por lo que la nueva criatura recibió todas las cualidades: la belleza, la gracia, la persuasión, la habilidad... Sin embargo, antes de dar por finalizada la divina obra, Hermes, seguramente cumpliendo órdenes de Zeus, introdujo en lo más íntimo de su alma la mentira y el engaño.

La mujer es, según la mitología, un castigo, pero también un regalo de los dioses: un castigo envuelto como un regalo. Por fuera es hermoso, seductor, apetitoso, pero al desenvolverlo aparece su perversidad. ¿Por qué los dioses deciden castigar al hombre y hacerlo justamente de esa manera? Johannes el Seductor, seudónimo de Kierkegaard, responde: porque sintieron envidia de los hombres; y lo explica de la siguiente manera: Al principio solo existía el sexo masculino; esos primeros hombres estaban magníficamente dotados, de forma que los propios dioses que los habían creado comenzaron a sentir envidia de ellos. Temerosos de que los hombres pudieran llegar con su ingenio y su poder a usurparles los tronos del Olimpo, los dioses tuvieron una feliz idea: crear a la mujer. "El hombre -pensaron- debería ser aprisionado y sometido mediante un poder mucho más débil que el suyo y, al mismo tiempo, mucho más fuerte, tan fuerte que el hombre no tuviera más remedio que inclinar la cerviz". Los dioses dispusieron que cuando el hombre viese a la mujer fuese como si contemplara su propia imagen, una copia perfectísima de su ser. La mujer fue hecha para seducir al hombre y debilitar su poder: Cuando hubo cumplido su hechizo, la mujer se transformó en otra cosa y retuvo cautivo al hombre para siempre en todas las pequeñeces y triquiñuelas de este mundo. Entonces los dioses batieron palmas de júbilo y se felicitaron por su divino ingenio (Véase Sören Kierkegaard, In vino veritas).

Pero el deseo sexual nunca llega a gobernar totalmente la mente de la mujer. Eso la esclavizaría. La promiscuidad femenina se presenta muchas veces como una forma de poner a prueba su libertad, pero una libertad que debe estar continuamente vigilada porque siempre está al acecho el fantasma de la deshonra. Por eso la mujer que seduce mide todos y cada uno de sus actos y solo arremete cuando está segura. Si algo sale mal, debe hacer valer su ingenio para no quedar deshonrada.

La mujer ha intentado atrapar al hombre valiéndose de su sensualidad, de su atractivo sexual, de su físico. Le ha presentado el vértice de Afrodita y, en un primer momento, lo ha vencido; sin embargo, esa estrategia, por tener un efecto fulminante, tiene también una fecha de caducidad. El hombre puede quedar atraído por la fuerza de lo erótico, mas no retenido para siempre. Es, probablemente, una estrategia que gana batallas, pero que, a la larga, pierde la guerra.

Lo que nos pasa es que relacionamos la seducción con un placer prohibido que se nos pone a tiro, con la insinuación de insospechadas sensaciones, con una felicidad jamás sentida que se nos sirve en bandeja. Nunca vinculamos la seducción con lo que realmente es: la forma más sutil de engaño. Porque seducir consiste, al fin y al cabo, en ofrecer algo a cambio de algo. Lo que ocurre es que en el trueque no están todas las cartas sobre la mesa, sino que todo se halla empañado por un halo insinuante. Se dice que la publicidad es una forma de seducción, y ciertamente lo es, pero no olvidemos que lo es en cuanto engaña.

Cuando la mujer se pone guapa, se arregla, se maquilla, lo hace, en primer lugar, para ella misma; en segundo lugar, para las otras mujeres, y solo en tercer lugar, para los hombres. Cuando la mujer se mira al espejo, ve reflejado el vértice del atractivo físico y recibe un guiño de Afrodita. Por muy guapa que esté, si ella no se ve guapa, si no se gusta, la tendremos que esperar hasta que se dé por satisfecha; del mismo modo, si ella se siente atractiva, aunque se haya pasado con el maquillaje o se haya dejado el pelo sin arreglar, no escuchará las razones objetivas de nadie.

La historia de Narciso y Eco se torna trágica porque ambos se enamoran del reflejo de su propia belleza. Las doncellas que contemplaban a Narciso no se enamoran de él, sino de lo que él reflejaba: la belleza ideal de ellas mismas: ¿Qué veían, entonces, las muchachas en el rostro de Narciso? No otra cosa que a ellas mismas sin ningún defecto, con una belleza ideal. Por eso no podían resistir el rechazo, porque no eran rechazadas tanto por Narciso como por la belleza a la que podían aspirar.

Cuando una mujer se sabe atractiva, su esclavitud adopta la forma del capricho. Ella siente toda la fuerza de su lado afrodisíaco y sabe que es su belleza la que tiene esclavizados a los hombres. Los tiene a sus pies y, para demostrárselo a sí misma, se vuelve caprichosa. Se puede decir que puede darse un capricho porque está segura de su victoria. Pida lo que pida, le será concedido.

Si el capricho es la forma más amable que adopta la esclavitud de la mujer por su físico, la forma más degradante llega a ser la prostitución.

Afrodita representa también el amor romántico, arriesgado, audaz. El amante se siente arrastrado hacia la amada por una fuerza afrodisíaca que no puede controlar. Si escucha el canto de las Sirenas está perdido y se arroja al mar aun a riesgo de sucumbir entre los latigazos de las olas.

Palas Atenea representa lo femenino no compartido por los varones. Por eso, tiene para ellos un atractivo especial (llámese morbo si se quiere), el atractivo de lo desconocido, de lo vedado para el sexo masculino.

La forma que tiene la mujer para conservar su virginidad es evitar el contacto con los hombres, recluirse lejos de la sociedad, en lo alto de las montañas o en lo más profundo de los bosques, sin tener más compañeros que los animales salvajes. El ideal de esta mujer independiente, que es capaz de vivir sin conocer varón, es la diosa Ártemis, que habita los parajes más recónditos, viste toscos ropajes y va armada con un arco. Es una mujer arisca e independiente, dedicada a la caza, misógina, vengativa y causante de las muertes repentinas. Permaneció siempre virgen y eternamente joven. Ártemis es tan hábil con el arco como lo es su hermano Apolo: con su arma defiende su honestidad. Quien pretende deshonrarla acaba atravesado por una de sus saetas, ya se trate de un cazador fanfarrón que intenta competir con ella, ya de alguien que de forma accidental la ha visto desnuda, ya de una de sus compañeras que ha perdido la virginidad.

Aunque la idea de una sociedad compuesta únicamente por mujeres tiene mayor fuerza que su contraria -una comunidad solo de hombres-, la realidad es que la mitología acaba aceptando el triunfo del varón. Basta observar que el poder de las amazonas radica en lo que tienen de masculino: son guerreras, montan a caballo y cazan; no necesitan del otro sexo, o mejor, disponen del uso que hacen de él. Lo que nos está transmitiendo esta leyenda es que la mujer, para dejar de ser el sexo débil, debe imitar al hombre, debe ponerse pantalones (o armadura), debe cortarse un pecho, símbolo de feminidad (las feministas de los sesenta no llegaban a tanto; solo quemaban sostenes).

No se trata de que las mujeres cuelguen su feminidad y se vistan de hombres, sino de lograr que sean respetadas sin dejar de ser mujeres, sin renunciar a lo femenino que les es propio. La naturaleza, que es sabia, obliga a vivir juntos a hombres y mujeres. La humanidad no es ni masculina ni femenina, pero tampoco es neutra. Ser humano es ser mujer o ser hombre, porque se es hombre en referencia a la mujer y mujer en referencia al hombre. Aunque las técnicas de reproducción artificial se universalizasen, un mundo de seres de un solo sexo sería absurdo, mutilado e inhumano.

La tradición mítica ha enfrentado en numerosas leyendas a Afrodita y Atenea: el impulso sexual contra la virginidad, la sensualidad contra la frigidez, la liviandad contra el recato, el erotismo contra el pudor, la pasión contra la razón. Muchos mitos nos muestran esa lucha librándose en el corazón de la mujer: quiere mantenerse virgen a la vez que las instancias eróticas claman desde lo más profundo de su ser; quiere permanecer fiel a Atenea a la vez que la seductora Afrodita le susurra posibilidades inconfesables. Pero también el mito nos plantea el caso contrario: mujeres que arden de deseo, pero que se ven obligadas a sofocarlo por imperativos religiosos, morales o sociales.

Que las victorias de Afrodita sean efímeras va, en cierto modo, exigido por el propio impulso sensual que las sustenta. Es decir, el ímpetu de la pasión amorosa no puede durar para siempre. En cambio, la majestuosa frialdad de Atenea tiene vocación de eternidad. La voluptuosidad nos rejuvenece; la frigidez nos hace viejos: Por eso, cuando vence Atenea, lo hace para siempre. No obstante, hay que tener en cuenta que esa permanencia se logra a base de petrificar el deseo.

Eurípides responde por medio de Medea: "Una mujer normalmente está llena de miedo y es cobarde para contemplar la pelea y el hierro, mas cuando resulta injuriada en lo referente a su lecho, no hay otro espíritu más sanguinario". Ya hemos dicho que el hombre antiguo se casa, casi exclusivamente para asegurar la descendencia. Eso lo sabe bien Medea, y por eso comete el filicidio. Sabe que nada le puede hacer tanto daño a su marido como la pérdida de sus hijos porque en cierto modo representan su futuro. Por eso, no debe extrañarnos que Jasón pronuncie estas palabras: "En verdad, sería necesario que los mortales engendraran hijos de alguna forma distinta y que no existiera el linaje femenil. De ese modo, los hombres no tendrían ninguna desgracia".

Muchas veces, bajo la apariencia de la esposa vengativa, se encubre la fragilidad de la mujer celosa y ofendida. Esos actos vengativos vienen más a engordar la autoestima del adúltero que a restablecer la honra de la engañada. Ésta, al fin y al cabo, sigue enamorada y dispuesta a perdonar. Un ejemplo que ilustra esta situación es la historia de Clitia, una oceánide amada por el Sol. Resultó que el dios-astro se enamoró de Leucótoe y la sedujo adoptando la forma de la madre de la joven para adentrarse en su dormitorio. Clitia, celosa y resentida, contó lo ocurrido al padre de Leucótoe, quien por despecho enterró viva a su hija. Clitia fue repudiada por el Sol, pero seguía enamorada, por lo que se pasaba los días siguiendo con la mirada el recorrido de su carro. Consumida por el dolor, murió. Entonces quisieron los dioses convertirla en girasol, razón por la cual esta planta gira siempre hacia el sol. ¿La imagen más perfecta de la esposa siempre pendiente de su marido? Curiosamente, la infidelidad de ellos provoca la rotunda fidelidad de ellas.

El modelo de hombre y mujer que nos describe Homero ha pervivido en la cultura occidental durante siglos. Quizá en nuestra época esté comenzando a cambiar, pero en esencia el rol de esposa fiel, que se adjudica casi por unanimidad a la mujer, y el de aventurero que reclama para sí el hombre, se han mantenido inalterables a lo largo de los siglos. Penélope es fiel de diferente manera a como lo es Ulises. Es más, se podría decir que a Penélope le corresponde por naturaleza ser fiel, mientras que a Ulises no. Él es fiel porque vuelve; ella, porque se queda, porque espera su regreso. La fidelidad del hombre es una actitud abstracta; la de la mujer, un cumplimiento concreto. Ulises puede cometer pequeñas infidelidades, porque en esencia no es infiel; puede tener diversas amantes accidentales a lo largo de sus viajes: Calipso, Circe, Nausícaa y otras que recoge la tradición, pero ama esencialmente a Penélope. La esposa no puede tener siquiera un desliz sentimental; debe vivir su lealtad día tras día y esperar día tras día; no puede correr una aventura, porque sería indigno de su estado, un estado que le exige una fidelidad esencial y accidental. En una sociedad eminentemente guerrera, como la que nos muestra la Odisea, el hombre debe salir y conquistar, mientras que la mujer debe quedarse y proteger. Tan importante es lo uno como lo otro, pero ambas funciones requieren virtudes diferentes. El que conquista debe correr aventuras, debe arriesgarse, debe tomar la iniciativa; en cambio, el que protege debe se cauto, estar a la defensiva, no abrir la puerta. Para conquistar hay que avanzar siempre sin retroceder; para guardar hay que tejer y destejer, como hacía Penélope. Parece que tanto Penélope como Helena son parte de la mujer del presente: "Ciertamente -afirma Lipovetsky- se reconoce a mujeres y hombres el derecho a ser dueños de su destino individual; mas ello equivale a un estado de intercambiabilidad de sus roles y lugares". Y continúa: "A todas luces la variable sexo sigue orientando la existencia, fabricando diferencias de sensibilidad, de itinerarios y de aspiraciones". Pero la imagen de la mujer que espera se ve desfigurada por el hombre al que se espera. El inevitable machismo que arrastramos desde los albores de nuestra civilización pervierte lo que Penélope representa. Por eso, en la actualidad su figura nos resulta obsoleta.

Sin embargo, Medea está en su sano juicio; no le ocurre como a Heracles, que enloquecido por argucias de Hera, asesina a sus hijos. No: Heracles, cuando recobra el juicio, se arrepiente; Medea, no. Medea no está loca. Lo que ocurre es que no ama a sus hijos. No sabe lo que es el amor maternal, porque realmente no es una madre. Medea es esclava de la pasión que siente por Jasón, de tal manera que es capaz de traicionar a su propio padre (para entregar a los argonautas el vellocino de oro) y de matar a sus hijos. Digo de la pasión, porque si realmente se tratara de verdadero amor, no habría podido llegar a hacer lo que hizo, porque el amor nunca está contra el amor. Medea engendra a sus hijos, pero no los ama; es engendradora, pero no madre. No llega a entender el profundo secreto de la maternidad, el misterio de la transmisión de la vida y de su función de mediadora. Ella cree que sus hijos son suyos; por eso se cree con derecho sobre ellos, sobre su vida. El caso de Medea nos demuestra una profunda verdad: que no se ama a los hijos porque se es madre o padre, sino que, más bien, se es madre o padre porque se ama a los hijos. El amor maternal está inscrito en el corazón de todas las madres; lo que ocurre es que hay madres, como Medea, que realmente no lo son. Quizá sea en el ser humano donde la biología, aun teniendo mucha fuerza, no resulta tan decisiva como en el resto de los animales. El peso de lo biológico se hace más ligero en el hombre que en el animal; se podría decir que nos suelta más cuerda, que nos deja un amplio ámbito de creatividad al que llamamos cultura. En cuanto somos animales culturales podemos elevarnos sobre nuestra propia constitución natural y crear todo un universo cultural; pero también, al haber soltado amarras, podemos naufragar y volvernos contra la naturaleza y contra nosotros mismos. Es la condición humana.

Muy al contrario de lo que acabamos de ver, los mitos más antiguos nos enseñan que una madre es capaz de darlo todo por sus hijos. Lo propio de una madre es desvivirse por sus vástagos: les ha dado la vida y está dispuesta a dar la suya por ellos. Las diosas más antiguas son eminentemente maternales. Para ellas, lo más importante son los hijos. Subordinan el amor de esposa al amor de madre y la prole arrebata el protagonismo al cónyuge -especialmente si se siente amenazada- porque están dispuestas a sacrificarlo todo por sus hijos, incluso su amor marital. El antropólogo Iräneus Eibl-Eibesfeldt advierte que con el amor maternal llegó el amor al mundo y que todo amor tiene en él su origen. Y es que, como escribe Santiago Ramón y Cajal "la mujer venera a sus padres, estima y a veces admira a su marido; pero solo adora verdaderamente a sus hijos".

Por eso, el secreto de la maternidad es exclusivamente femenino y no es transferible al varón. No sabemos si los hombres serían capaces de sufrir los dolores del parto; probablemente no. A lo sumo, pueden hacerse una idea, una representación mental, como le ocurrió a Zeus, que parió a Atenea con terribles dolores de cabeza. Incluso cuando los dolores de parto son eliminados por las técnicas médicas (como en el caso de cesárea o de anestesia epidural), la experiencia de la mujer como protagonista del nacimiento de su hijo es única y exclusiva de ella.

Nótese que no es Zeus, sino la vengativa Hera, la que castiga a los amantes. Ella teme que se descubra su secreto, el secreto de Hera, el que hace que el matrimonio sea especialmente deseado por la mujer; según los románticos, un invento femenino. El "secreto de Hera" tiene que ver con la diferente manera que tienen los hombres y las mujeres de vivir la sexualidad y de sentir el placer sexual. Ellas viven y sienten la sexualidad de una forma mucho más profunda, más compleja y más intensa que ellos. El secreto de la celestial esposa fue revelado por el adivino Tiresias. En cierta ocasión, Zeus y su esposa Hera discutían sobre quién experimentaba mayor placer en el amor. Como no llegaban a ningún acuerdo, pensaron consultar con Tiresias, el único ser que había sido hombre y mujer. Así lo hicieron, y Tiresias respondió que si el goce del amor se dividiese en diez partes, la mujer se quedaría con nueve y el hombre solo con una. No todas las versiones coinciden en la misma proporción; por ejemplo, en Lo sommi, obra del humanista catalán Bernat Metge, Tiresias dice que "la luxúria de la fembra sobrepuja tres vegades aquella de l´hom". La respuesta molestó mucho a Hera, pues vio que el misterio de su sexo había sido revelado, y como castigo dejó a Tiresias ciego.

Quizá la diferencia radique en que ella se entrega del todo, en cuerpo y alma, como se suele decir. La mujer no sabe amar a medias; cuando da, lo da todo. Para ella, el sexo no es un capítulo más del libro de su vida, un apéndice o una nota fuera de paginación, sino un elemento indispensable del argumento. Tal vez, esta diferencia pueda explicarse diciendo que las mujeres no aman sexualmente sino sexuadamente. El amor sexual tiene sus momentos, su inicio, su cima y su final; el amor sexuado, en cambio, llega a lo más profundo, cargado de sentido, es continuo, continuado y no tiene fin. Esa forma de amar tan femenina tiene su escenario apropiado en la unión matrimonial, donde el ayuntamiento carnal queda institucionalizado, domesticado, insertado en la cotidianidad. Goethe decía que "el amor es una cosa ideal; mientras que el matrimonio, una cosa real". Reducir la sexualidad a lo puramente biológico, es decir, a la relación sexual propiamente dicha, es muy poco femenino, porque supone descontextualizarla, sacarla fuera del argumento biográfico. En cierto modo, es una abstracción, una separación de la sexualidad del transcurrir vital. La separación de amor y sexo es una de las grandes abstracciones masculinas. Por eso, entender el sexo separado, desligado del amor, no es otra cosa que reducir la sexualidad al sexo.

Ella se entrega de forma total: física, psíquica e intelectualmente, porque donde pone el cuerpo acude la mente, y donde pone la mente acude el cuerpo. A una mujer le resulta muy difícil olvidar sus emociones, suspender por unos momentos sus preocupaciones, aparcar sus proyectos, abandonar esporádicamente sus ideales, para centrarse en la materialidad del sexo. El hombre que no tenga presente estas rarezas no se adentrará nunca en las profundidades de lo femenino. Hera castiga a Tiresias por haber manifestado su "secreto", pero en el fondo se siente orgullosa de que se haya hecho público; sobre todo, de que lo conozcan las mujeres y de esta manera deseen casarse. Como diosa del matrimonio Hera ofrece a sus damas el nueve por uno.

"La cuestión del poder femenino -afirma Lipovetsky- acosa el imaginario masculino. Ya algunos mitos primitivos evocan situaciones de estado original marcado por la supremacía de las mujeres; y no faltan leyendas que ponen en escena a monstruos hembra, a madres ogreras. así como la potencia diabólica de las brujas. Vagina dentata, mantis religiosa, mujer fatal: desde los tiempos más remotos se expresa la temática del poder funesto de la mujer". aunque propiamente no son monstruos, las Moiras (las Parcas latinas) causaban el mayor temor, ya que de ellas dependía la vida de los hombres. Eran tres viejas hilanderas, hijas de la Noche, llamadas Cloto, Láquesis y Átropos, criadas del Destino. Cloto va desenrollando el ovillo que representa la vida de cada ser humano, Láquesis mide la largura del hilo, y Átropos es la encargada de cortarlo cuando llega el fatídico momento.

La Helena de nuestros días es la mujer que forma lo que José Antonio Marina llama "familias mercuriales". Este nuevo modelo de familia se fundamenta en el amor mercurial, es decir, la unión amorosa separada de la procreación, basada en la autenticidad y no sometida a ningún tipo de institución tradicional, como el matrimonio. El amor mercurial no es para toda la vida, sino hasta que dure. Ello no significa que se descarte el tener hijos; en todo caso, es la mujer la que decide cuántos y cuándo tenerlos. "Hijos sí, maridos no", sería su lema.

El hombre teme a Helena. Teme a la mujer real; por eso, la idealiza. Así sublimada, puede curar sus males, como la ninfa Enone pudo sanar a Paris si este no hubiera elegido a Helena. El hombre prefiere que la mujer se convierta en su Musa, en la inspiradora de su obra, y de esta manera, en analgésico para sus sufrimientos, sus traumas y sus temores.



Alma femenina, Carlos Goñi Zubieta

HOLANDA ANUNCIA

SEPTEMBER 18, 2013

HOLANDA ANUNCIA EL FIN DEL ESTADO DEL BIENESTAR

Anuncia un nuevo recorte de 6.000 millones que se suman a los 46.000 millones de euros de ajustes que se han aprobado desde 2010.

Según el Gobierno, la sanidad, las pensiones y el mercado inmobiliario en Holanda necesitan reformas para poder garantizar su sostenibilidad.

Para el Gobierno el Estado del bienestar deja paso a una "sociedad participativa" en la que los ciudadanos aumentan la responsabilidad sobre sus propias vidas.

 El paro y el déficit crecientes están poniendo a prueba las políticas del Gobierno holandés, que este martes anunció nuevas medidas de ahorro por valor de 6.000 millones de euros y que avanzó cambios en el tradicional Estado del bienestar.

 Los nuevos recortes se suman a los 46.000 millones de euros de ajustes que Holanda ha aprobado desde 2010, cuando el liberal Mark Rutte empezó su primera legislatura, y responden a los problemas para controlar el déficit público, que según los últimos pronósticos alcanzará en 2014 el 3,3 por ciento del PIB.

El anuncio oficial de las medidas de austeridad fue hecho por el rey Guillermo-Alejandro en el tradicional discurso de la Corona, el cual, a pesar de ser leído por el monarca, contiene las directrices legislativas del Ejecutivo en la apertura del año parlamentario.

El monarca, en su primer discurso de este tipo, explicó que para el Gobierno el "clásico Estado del bienestar" se está transformando en una "sociedad participativa" en la que los ciudadanos aumentan la responsabilidad sobre sus propias vidas.

El rey se refirió también a sectores como la sanidad, las pensiones y el mercado inmobiliario en Holanda como los que necesitan reformas para poder garantizar su sostenibilidad. "Cabe preguntarse si los recortes son deseables.”

A pesar de los recortes, la economía holandesa no acaba de despuntar, con una cifra de paro que se estima aumentará hasta el 7,5 por ciento de la población activa en 2014 (respecto al 7 por ciento estimado para finales de 2013).

Los recortes en otros países hacen pensar que no crearán crecimiento, sino que alargarán o empeorarán la situación actual. También el poder adquisitivo de los holandeses bajará en un 0,5 por ciento en 2014, lo cual afecta negativamente a la confianza de los consumidores, según las últimas previsiones. "La evidencia de lo que está sucediendo tras los recortes en otros países en Europa hace pensar que no crearán crecimiento económico en Holanda, sino que alargarán o empeorarán la situación actual en la medida en que las familias frenen el gasto a la espera de posibles nuevos recortes".

El ministro de Finanzas holandés y presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, reconoció que los presupuestos presentados "no son como para festejar", pero defendió que la perspectiva de su Gobierno "es la única vía para una recuperación económica sostenible".

También el primer ministro dijo en una entrevista a la televisión pública no estar "convencido" de que su Gobierno aplica las políticas adecuadas para poder salir de la crisis de forma realista.

Laboristas y liberales en el Gobierno cuentan con una mayoría de 79 escaños en un Parlamento de 150 asientos, pero están en minoría en el Senado, y su actual política económica es rechazada por un 80 por ciento de los holandeses, según los sondeos presentados este martes por el canal NOS.

SOCIEDAD DE MUJERES/ CON MAYORÍA

SOCIEDAD DE MUJERES/ CON MAYORÍA EN EL PARLAMENTO

Si ahora surgiera un partido político de las Amazonas Ibéricas arrasarían en las próximas elecciones. Solo se salvarían en Europa los italianos guapos de ser arañados. Yo creo que sé moverme discretito y que no me harían nada cuando los niveles salariales V-VI-VII y siguientes se les asignen a los hombres y todas ellas ocupen la Dirección del Estado. Me buscaría y enamoraría una mujer dentro de las Amazonas Ibéricas para que me protegiera de ellas. Sabiendo que en cualquier momento me podría dar muerte. A solas nos tendremos que consolar con Dios.

Los hombres se revolucionarán creando la Sociedad y la Ciudad de los Conductores. Y pasaremos de ellas y de sus leyes. Perderán la mayoría en el Parlamento.

El que mejor las conozca será de nuestros afiliados y nuestro presidente. En este proceso habremos ganado en civilización.

En algunos países como Vikinguia y Eslavia las mujeres les darán la mayoría a los hombres. Habrá trifulcas y filias con las extranjeras.

Por eso dirán que los líos del sexo son mejores que los líos de la guerra.